jueves, 9 de junio de 2016

Llorar con una sonrisa


Cuando todo esto comenzó pensé que había descendido a lo más profundo del mundo, a un sitio desconocido, porque lo peor fue no saber, perderme y no encontrarme, vagar sin saber hacia donde. Después me di cuenta que lo peor no era eso, lo peor es deambular prácticamente sola, sin manos amigas que te ayudan a hacerlo más fácil. No me entiendas mal, sabes que no hablo de ti, tú que tirabas de mi mano para no caer, haciendo que mis pies quedaran colgados en el vacío pero sabiendo que no me dejarías caer. Hundirme en tu pecho, esconderme del mundo, sin tener siquiera la tranquilidad de permanecer en aquél lugar en el que antes se detenía el tiempo. Abajo se encontraban otras personas que sé que me hubieran sujetado de haber caído al vacío. Pero me negué, con luces y sombras, con llantos y sonrisas, seguí, avancé y debes creerme, fue difícil, porque la angustia y la desesperación se apoderó de mi, la rabia y la impotencia me dominaron. Pero la vida sigue y tu sigues con ella... No se detiene para ti, para esperarte. Debes mirar en otros ojos para ver que fuiste valiente, que lo sigues siendo, y que lo serás. 

En este tiempo he conocido  historias distintas, con diferentes protagonistas y vivencias duras, mucho. Personas que siguen sonriendo en la peor de sus batallas, que te tienden la mano para sujetarte cuando ellas hacen malabarismos para no caer. Vivmos una misma historia pero tan diferente en realidad, con elementos comunes pero que no se parecen en absoluto. El otro día alguien me dijo que lo peor de todo es cuando un médico te dice "no sabemos como seguir" No imagino ese momento en el que el corazón se debe encoger, en el que algo se rompe por dentro, en el que te gustaría poder hundirte, pero ni eso puedes hacer, porque ni siquiera es tu vida, es la suya. Y lo darías todo porque sí que fuera la tuya, con esas sombras y esas luces, pero tuya.



sábado, 4 de junio de 2016

Las piezas de la vida


¿Te has fijado en ese instante? Hay un momento en el que esas piezas desordenadas de tu vida por fin empiezan a encajar, unas con otras, sin forzarlas, porque cada una es la continuación de la otra, y sencillamente se complementan, formando lo que en realidad siempre había estado ahí, pero sobre lo que no te habías fijado. Son esas pequeñas cosas, esos pequeños instantes los que conforman ese todo, y ese todo no es más que la vida. 

Mi puzle cayó al suelo. No sabía dónde habían caído esas piezas por más que las buscara por cada rincón... pero no sólo eso, es que aquellas que había conseguido encontrar no había forma humana de unirlas para que encajaran. Por más que les daba una y otra vuelta, que las hiciera girar... era imposible. No encajaban. Desesperación, angustia, impotencia.

Y un día encajaron, sin más. Se unieron. Conseguí que la desesperación no dominara mis días, que me diera un poco de tregua... que me permitiera vivir...  que me dejara volver a ser un poco "yo". Otras no llegaron a encajar, creo que quizá nunca lo harán. Seguramente son piezas viejas de otro de los rompecabezas que en algún momento del pasado estuvieron completos, cuyas piezas daban sentido las unas a las otras. Si echo la vista atrás puedo verlas... pero he pensado que voy a mirar hacia delante...